El Silencio de las Lagrimas

Autor: Mirko Senda

T

us ojos son dos azucenas mudas
cuando mi voz ataja tus requiebros....
¡Que dicha tuviéramos si dejaran amarnos!

Desvelo, verdad guardada en el alma
sollozo que pasa estancando el crepúsculo
mientras su eco esparce tú nombre,
en ese instante aprieto una nube y emerges
como un sueño liquido, para mi sed de amarte.

Allí, siento que me adueñas en tus pensamientos,
eres una jaula abierta, una guerrera que por amor
esconde su victoria.

Allí en el centro de la existencia, impasivos
el silencio de las lagrimas, no pueden negar
que el cielo canta que somo novios
como la nieve y las montañas.
¡Que dicha tuviéramos si dejaran amarnos!

Mujer, nuestro amor
tiene un agigantado beso que vuela sin fronteras,
tú me amas, amo tú ser, somos el origen del amor
despojado del iracundo oro que envainaba nuestras auras.
¡Que dicha tuviéramos si dejaran amarnos!

Tus lagrimas humedecen mi pecho,
creo saber de tus miedos, cuando asaltas el secreto de mi silencio
tus dedos reman contra el dolor cuando se sueltan las amarras del deseo.
es la revolución del amor, gota a gota se convierte en océano.
¡Que dicha tuviéramos si dejaran amarnos!

Mujer, la vida nos llora y nos encandece,
al inicio la vida se nos iba por ocultar amarnos,
ahora la vida nos enlaza y eleva
por que quiere contar como es ese rio de espera
donde ha sido posible navegar a contracorriente del amor.
¡Que dicha tuviéramos si dejaran amarnos!

Solo es una pausa, un dulce vigor que tolera y envuelve
como un castillo asaltado por nubes ahogadas
pronto no brotara del corazón ni una lagrima
el silencio se colmara de risa
abriremos el alma como flores infinitas
una consigna culminara nuestra batalla:
¡Que dicha mas perpetua liberto nuestras vidas!
¡Que días mas acrisolados se llevaron nuestras penas!
¡Que silencio tan largo, en lagrimas tan cortas!
¡Que dicha de amarnos sin tregua!.