Autor: José Martí
M
adre del alma, madre querida
son tus natales; quiero cantar
porque mi alma de amor henchida,
aunque muy joven, nunca se olvida
que la vida me hubo de dar.
Pasan los años, vuelan las horas
que yo a tu lado me siento ir,
por tus caricias arrobadoras
y las miradas tan seductoras
que hacen mi pecho fuerte latir.
A Dios le pido constantemente
para mi madre vida inmortal;
porque es muy grato, sobre la frente
sentir el roce de un beso ardiente
que de otra boca nunca es igual.
Ante tu nombre madre
Autor: Manuel Bernal
S
entí a todas las madres, en ti
sola, omnipotencia que me dio la vida
surgí de ti, la espuma de tu Bola me
arrojó hasta la playa sostenida. Inmenso
mar en dulce Caracola,
techumbre inmensa en V,
contenida en ti a todas las madres
reverente, alzo hoy mi voz y digo lo que siente
como un enhiesto surtidor de luces, alzabas tu presencia
había en la nostalgia de tu risa una flor de
ternura. En la paz de tu frente, un Lucero
intangible y un camino seguro en tu eternal palabra
te conocí una tarde, una tarde manchada de oros
viejos y violetas cansadas una
tarde pequeña que en el huerto a esconder su crepúsculo jugaba.
Mariposas pausadas en el vuelo,tus manos dibujaban en las rosasy en el largo cabello por la espalda.
Los hilos de la tarde se trenzaban de pronto
entre tus dedos increíbles.
Vi una estrella de sangre.
Mira, niña, dijisteesta sangre es tu sangre.
La tarde y yo
pequeñas comprendimos el invisible lazo, eras mi
madre, eras mi madre, sí, eras mi madre y la palabra se
me fue creciendo al paso de los días y los años fue
creciendo, creciendo.
Madre decía, mi voz y tu paciencia era un lago
inalterable que siempre recibía la lluvia pertinaz de
mis preguntas, tu cálida mirada sosegando mi frío,
la voz hecha milagro, perdonando mis faltas
o tú la clara fuente para beber consejos
o tú. Noche prudente para calmar mis ansias,
bondad incombustible a prueba
de traiciones, voluntad inaudita a prueba de
desastres, Bahía del fracaso, tu corazón abierto a los
naufragios, llegando hasta mis nieblas por cortarlas de
un Tajo endeble y con las fuerzas para
hacerme un camino.
Gigante y con la sabia
tibieza de un regazo, el ritmo de la tierra cobró
vida ante tu nombre, madre fue un clamor de cachorros en
la selva, un trino y alas en mitad del aire, el
nocturno vaivén de blancas cunas, una canción
viajera entre las tórtolas arrullos de tormenta en los
follajes. Y rumor de pequeños pies descalzos.
¿Cuánto duró mi sueño por tu vida? ¿A qué voce
subiste por hallarlas?
Yo sé que en otra tarde
solamente fui un árbol sacudiendo sus ramas en
sollozos.
Fui el rencor de la hierba que pisotea el ganado y el
grito del desierto, desgarrando el espacio
aquella tarde inmensa en que
te fuiste madre por la tierra convulsa.
Los jardines llovieron su otoño macilento
el ruiseñor contuvo sus trinos en el pico.
Y se quebró por siempreel vaso de mi infancia y desde aquella tarde en que
te fuiste madre,
con tu altura crecida,
con tu impacto, don aire,
con la palabra exacta y el dolor de dejarme,te hiciste más presente al hacerte invisible.
Más necesaria y viva
y enredada a mi sangre.
Si hay algo en mí de bueno
ha de ser tu recuerdo
ahí donde lo fijo con ojos interiores, ahí
donde se agranda con el paso del tiempo, porque
eres el principio y la esencia del hombre.
Porque eres el origen de todo
lo que es grande, la dádiva perenne,
el corazón motivo
y el misterio innegable.