Autor:
A la memoria de Aída Lafuente, muerta en la cuenca minera de
Asturias, Madrid, 1935
E
staba toda manchada de sangre,
estaba toda matando a los guardias,
estaba toda manchada de barro,
estaba toda manchada de cielo,
Estaba toda manchada de España.
Ven, catalán jornalero, a su entierro,
ven, campesino andaluz, a su entierro,
ven a su entierro, yuntero extremeño,
ven a su entierro, pescador gallego,
ven, leñador vizcaíno, a su entierro,
ven, labrador castellano a su entierro,
no dejéis solo al minero asturiano.
Ven, porque estaba manchada de España,
ven, porque era la novia de Octubre,
ven, porque era la rosa de Octubre,
ven, porque era la novia de España.
No dejéis sola su tumba del campo
donde se mezclan el carbón y la sangre,
florezca siempre la flor de su sangre
sobre su cuerpo vestido de rojo,
no dejéis sola su tumba del aire.
Cuando desfilan los guardias de asalto,
cuando el obispo revista las tropas,
cuando el verdugo tortura al minero,
Ella, agitando su túnica roja,
quiere salir de la tumba del viento,
quiere salir y llamaros hermanos
y renovaros valor y esperanza
y recordaros la fecha de Octubre
cuando caían las frutas de acero
y estaba toda manchada de España
y estaba toda la novia de Octubre
y estaba toda la rosa de Octubre
y estaba toda la madre de España.
Libertad bajo palabra
Autor:
A Octavio Paz y cada poeta
L
ibertad bajo palabra
construída con letras en poesía
escrita con signos
en la cárcel
de la mente
todo poema se cumple
pese al poeta
alegría y dolor en cada pujo
que expulsa al mundo lo creado
compulsión de la obra que sola nace
palabra fácil
la poesía
cada poeta apéndice
de la Gran Obra
que se escribe apilando cráneos de "creadores"
como un extenso cordón que liga
placenta
octavio whitman
cada uno voz de nuestra multitud
nuestro arrebato
dibujando una vez más
el mismo mundo
pincelando con color variado
usando un mismo lienzo
capa sobre capa
muchacho sobre muchacha
joven inclinada
sobre su secreto
calles donde te sigo
me sigues
paisajes oscuros de soledades
de fuego y sexo
todo el universo en palotes
esbozos
incompletos
ansia y dolor en letras
como unirse a la mujer amada
y sentirse aún incompleto
esperando el milagro
recordar a la que enamora
aquella más amada que la que amas
la inasible
la lejana
la que amarás
si ella lo quiere un día de estos
y te fecunda el alma. (1)
El maíz es un cielo
Autor;
H
e comido de esta cena
de este maíz oprimido y triste
que me enseñó a compartir la mesa,
he saciado en él tanta miseria.
¡Yo le debo este cielo preñado en el que ando
en busca de los sueños que nos faltan!
Me arropó este maíz la carne
desnudando su semilla,
anudando mis palabrillas desgarradas.
¡He comido de su labio,
de su desgracia ajena y propia!
¡Y me sabe a flor la dulzura de su plato
y a tierra húmeda la esperanza de su luz!
Maíz, tu carita blanca de paisajes nos deleita
y tu tibieza
alumbra la tristeza de los niños en los Andes.
¡Han descendido asemejándose a ti las estrellas!
¡Maíz, llegará el día
en el que ya no tendrás que desnudar tus paisajes,
ni ponerte a temblar ante el tirano!
¡Llegará el día
en el que ya no te escarbarán los perros,
porque ellos también tendrán qué comer!
¡Llegará el día en el que reposes de tu fatiga
y bebas de la lluvia como beben las muchedumbres!
¡Llegará el día en el que las pobres madres
ya no se pregunten qué ha sido del maíz,
porque tú estarás sentado en nuestra mesa
multiplicando los panes que antes nos negaron!
¡Maíz, yo te debo estas palabras que hoy fecundan
mi silencio!
¡Te debo esta palabra con la que he empezado a nacer!
¡Llegará el día en el que ya no te marchiten las guerras!
¡Ése día llegará! ¡No se rindan!
¡Porque el maíz es un cielo en el que los hombres
tienen despierto el amanecido porvenir!