Autor: Mirko Senda
“Fémina, se que estas ahí como yo
con el corazón llorante por esta opresiva vida”
A
somate, sin vergüenza,
ofreceme tu ser hecho boscaje,
amarrame,
a la pasión nocturna, de tu sueño socialista,
ponme como carne en tu boca atristada.
Tú y yo somos pobres, creyentes y democráticos
y nos duele que la esperanza se vaya
a fondos disonantes por la demencia
de oligarcas y el silencio de cobardes.
Heurística locura, matanza de poetas;
pechos deslechados para los niños,
machetes corriendo patronales,
lluvia lavandera de calles cementeras,
y solo me bastan tus nalgas
como trincheras para mi sexo escritura.
Fémina, la inviolable franquicia
de mi barro y tu escultura
es anemia delatada por el aullido
de enterradores de la vida.
Recordaras con dolor agigantado…
Tu preñez era el contento de la casa
En la sabana de trigo, tú y yo desnudos
agitábamos las penas.
Ya pronto a la cosecha,
entre tus delgadas piernas recibí a nuestro crío
parecía tener el alma de hierro
como presintiendo soportar
el azote del destierro…
pero se nos murió luego.
Fémina arrebátame esta miseria inconmovible
compárteme la cena de tu libertad,
la ruta brava de tu corazón socialista,
mi alma tísica y rebelde ansia posar
sobre el filo jarrón de tus costillas,
llorar merodeando tu pubis
para inspirar tu lucha y la mía.
Dios sabe que nuestro amor no es utopía
que la batalla es contra el huracán del norte
y las culebras de los cofres
esos a los que llamo “demócratas”-rentista.
Corazón mío, somos jóvenes
la tiniebla esta en el camino
pero aún tenemos fe
y hay luz en el horizonte.