Autor: Carlos Marx
B
USQUÉ
Me levanté,liberado de toda atadura;
"¿Adónde irías?""¿Me encontrarías en ese mundo?"
"¿No existen divertidas praderas,
debajo los mares, arriba estrellas jugando?"
"Entiende, necio, yo no busco cruzar,
para golpear la roca, o hacer sonar el Éter.
Ellos unen los pies al dolor tontamente,
sus voces de amor se tornan cadenas.
" El mundo debe surgir de mí ser
y a mi pecho debe inclinarse.
De mi sangre viva brotan sus manantiales,
del aliento de mi alma su domo etéreo."
Vagué tan lejos como se puede,
retorno, sosteniendo los mundos de arriba y de abajo.
Dentro de ellos saltan las estrellas y el sol,
mas con el fulgor del rayo se hunden.
Soneto final para Jenny
Autor: Carlos MarxA
lgo más debo agregar, muchacha:
con alegría termina este poema de despedida.
Las últimas olas de plata vibran y se dilatan
porque el aliento de mi Jenny les insufla vida.
Veloz al surcar golfos y remontar mares
marcha atravesando bosques y cascadas.
Las horas de la vida raudas se precipitan
hasta encontrar en ti perfección culminante.
Vestido valerosamente en túnicas de fuego
con el corazón exaltado, transformado por la luz,
amo ahora, ya no esclavo, totalmente liberado de las cadenas
camino con firmeza, libre, atravesando los espacios.
El brillo de tu rostro mi dolor ha aniquilado,
mientras los sueños se lanzan hacia el Árbol de la Vida.
Encontré
Autor: Carlos Marx¿
Por qué bailan los arbustos formando remolinos,
por qué se destrenzan las coronas de mayo,
por qué el cielo forma arcos cada vez más altos,
y por qué los valles aspiran a ser picos nublados?
Si yo los surcara con mis alas
El eco caería de la roca atravesando el aire.
¿ Acaso alguna vez se desposa el ojo
con la luz de las estrellas?
Yo miro, mi mirada está nublada.
Avancen impetuosas olas de la vida,
remonten, destrocen los puentes que estorban su camino
impelidas por la dorada libertad
que las inspiró a abandonar el vacío.
Nuevamente la mirada se posa atrevida,
se agita, estalla hasta alcanzar el bendito olvido.
¿Dónde debió haber buscado otros mundos?
En ti solamente,
hasta convertirse en un verdadero mundo.