Autor: Mirko Senda
B
ajo la sombra de los cóndores
entre los cardos y el amor silvestre de los espinos
he de cavar con mis dientes el hoyo
mas profundo donde pueda ahuyentar
las desdichas y
la revolución enferma de los mediocres.
Juventud escuchadme,
Vuestra vida es solo un latido alborotado,
vuestra paz un anhelo de invencibles,
vuestra libertad un desafío de victimas cantadas
a la muerte, cual tarde gris
que desprende azufre sobre el rocío.
Juventud, meditad la franja del olvido;
Revolución, palabra insurreccionada
consumada por asalto de rapiñas
herida en el corazón de sus verdades
arrinconada en el banquillo de oportunistas.
Juventud, despertarse
que nuestro trigo se pierde
en las garras de los ricos
desechad los manojos de rosas de las manos
si la humanidad esta llorando
por que escasea el alimento de los hijos.
Coged sus armas, su canto, las ideas justas
y la conciencia revolucionaria,
defiendan la alegría de la vida
el sendero luminoso de nuestro pueblo,
desgarren el sufrimiento de la tierra
afilen su voz,, anuncien que están listos
para desterrar imperialistas.
Juventud corran descalzos,
con versos de acero libertario
por los surcos de las chacras
seáis indiferentes y se agringen como yanquis.
La palabra revolución no es el terror
de mendigos, explotados y excluidos
no es el silencio del hambriento y el abatido,
el frío de la lavandera,
el menú de comedores populares
no es enemistad de estudiantes ni conspiración
antijovenes, mucho menos fe dormida.
Juventud, la revolución hoy es dardo humanista
crisantemo del mundo hermanado
fármaco natural de los enfermos,
avellana libertaria de campos y ciudades,
lluvia endulzada de modernidad para todos,
la revolución es pensamiento digno y puber,
esencia escrita en el corazón del hombre.
Jóvenes la historia os espera,
demuéstrenle a Dios y a la humanidad
que sus brazos son como flechas
dispuestas a remendar cada nervio seccionado
de la revolución socialista, por tanto tiempo
soñada, sin dimensión ni precio.