Autor: Mirko Senda
G
uerrillera, dulce escarcha
enséñame a navegar en el mar
de tu sonrisa, para no encallar en el abismo,
del enemigo imperialista.
Enséñame a revivir con el sol de tu mirada
saciar mi sed con el rocío
de tus labios...
después de cada batalla.
Guerrillera, fiel amante
enséñame a caminar
en la ardiente llama de tu sombra
cabalgar en los montes de tu cuerpo.
Guerrillera, miel del cielo
aliéntame para que te sienta cuando
por ir al combate nos ausentemos,
has que mi corazón te escuche
sin que digas nada;
que en mi verdad te piense
y aunque dormido te quiera
hoy, mañana y siempre.